Los propietarios de ganado al igual que aquellos para quienes el ganado proporciona el total o parte de su ingreso, tienen una obligación moral de asegurar el bienestar de sus animales. Por lo tanto, cuando aparece una enfermedad o se producen traumas que deterioran la calidad de vida o producen dolor y sufrimiento y que no pueden ser efectivamente aliviados con procedimientos médicos, se debe recomendar la eutanasia.
Algunos ejemplos incluyen:
- Fracturas de piernas, pelvis, o columna que no son curables y producen inmovilidad o incapacidad de pararse
- Condiciones médicas que resultan en dolor excesivo y que no pueden ser aliviadas con tratamiento (ej. cólicos terminales en equinos, o traumas asociados con accidentes de carretera)
- Emaciación y/o debilidad debido a enfermedades o heridas que pueden resultar en un animal demasiado débil para ser transportado
- Parálisis debido a heridas traumáticas o enfermedades que resultan en inmovilidad
- Enfermedad ocular avanzada (ej. linfoma o cáncer ocular del ganado bovino)
- Enfermedades con un costo de tratamiento prohibitivo
- Enfermedades sin tratamiento efectivo conocido (Enfermedad de Johne’s o Paratuberculosis en rumiantes), con un pronóstico pobre o períodos de recuperación muy prolongados
- Animales sospechosos de Rabia – donde hay riesgo hacia la salud humana (Estos animales no se deben sacrificar con arma de fuego o métodos que resulten en traumas de la cabeza que ocasionen daño o pérdida excesiva de tejido cerebral y un alto riesgo de exposición de humanos al virus de la Rabia. En vez de esto, los animales sospechosos de Rabia deben ser atendidos por veterinarios quienes pueden sacrificar al animal en forma adecuada y pueden obtener tejido cerebral para propósitos de diagnóstico.)